18
de diciembre 2016. Evangelio según San Mateo 1, 18-24.
"Este
fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida
con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un
hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un
hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió
abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor
se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no
temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado
en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a
quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo
de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo
que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá
y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que
traducido significa: “Dios con nosotros”. Al despertar, José
hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María
a su casa".
Este
cuarto Domingo de Adviento, ya estamos tocando el misterio mismo de
la fe cristológica y mariológica. Singularmente a través de la
figura de San José. El estar comprometidos en Israel de tiempos de
Jesús era como ya estar casados, salvo que tenían que esperar un
año para la convivencia matrimonial, pero ya eran considerados como
esposo y esposa. Porqué resolvió José abandonar en secreto a la
Virgen. Los Padres de la Iglesia tienen dos teorías; y se entiende
por Padres de la Iglesia, a los pastores, en general obispos de la
Iglesia Antigua, preclaros por su santidad y doctrina, y en algunos
de ellos se ha dado una eminente erudición por lo cual han sido
declarados también doctores de la Iglesia. Ambrosio, Agustín,
Jerónimo y Gregorio Magno son los cuatro más representativos de la
Iglesia católica occidental; Atanasio, Juan Crisóstomo, Basilio
Magno y Gregorio Nacianceno los de la Iglesia católica oriental.
Prácticamente con su celo pastoral se podría decir que son los
fundadores de la Europa Cristiana. San Agustín es, o se los puede
considerar, como el Padre más grande de occidente. En fin, una de
las teorías dice que José habría puesto en duda la fidelidad de
María, pero otra y la más probable sostiene que por ser el hombre
que más conocía a la Santísima Virgen, en realidad él no habría
puesto en duda la virginidad de María, sino que se habría
encontrado con el misterio del niño y de la llamada Virgen por la
traducción de los Setenta del oráculo del profeta Isaías que
anunciaba el futuro nacimiento del Mesías concebido por una doncella
virgen en edad de casamiento. Así debió suceder, lo cual explica
que él no quisiera someterla al proceso riguroso de la Ley de
Moisés, y al mismo tiempo decidiera hacerse como a un lado por el
pensamiento de humildad, que lo habría retraído de asumir las veces
de padre del divino niño. Eso hasta que el Ángel disipara su duda y
le encomendara de parte de Dios dicha misión. Él se convertiría en
el fiel custodio del misterio de la madre y del niño, asumiendo las
veces de padre en la tierra del niño Jesús. De la misma manera que
el Hijo de Dios es engendrado de solo un Padre en la eternidad, quiso
ser engendrado de solo una madre en el tiempo. Así también como
Dios quiso que en el principio una mujer saliera de solamente un
hombre, y que todos los hombres procediéramos de una hombre y de una
mujer, también quiso que en los últimos tiempos, los del Mesías,
un hombre saliera de solo una mujer. Porque la Madre ha sido
preservada de contraer el pecado original, y por proceder solamente
de ella, el nacido niño es también totalmente libre de pecado y
totalmente santo. También ello da cumplimiento a la promesa de
Génesis 3, 15: Mientras Él (o Ella) te pise la cabeza, tú (la
serpiente) le acecharás el calcañar. Aquí Dios revierte el pecado
original y le pisa la cabeza al Diablo y a su obra, por la mujer
inmaculada y su descendencia, el todo Santo Jesús, cuyo nombre
significa: Dios salva.
Pbro.
José D´Andrea
Capellán
Castrense