(06/10/16) Invocación Religiosa pronunciada por el Capellán Mayor del Ejército Argentino, Pbro. Oscar Ángel Naef, en la Basílica de Santo Domingo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Madre,
hoy nos acercamos ante tu imagen bendita del Santísimo Rosario de la
Reconquista de Buenos Aires con el corazón encendido en el amor de caridad que
quiere aprovechar tu poderosa intercesión, demostrada en la reconquista de
nuestra Ciudad de Buenos Aires, para que nuestra plegaria llegue una vez más a
los pies del Señor en el altar del Cielo.
Imitando
a aquellos heroicos soldados que en 1806 y 1807 se entregaron a tus pies,
también nosotros queremos hacernos presentes en tu altar de la histórica
Basílica de Santo Domingo para recordar que somos tus hijos, herederos de
aquellos que nos enseñaron con su ejemplo a construir la patria, depositando la
vida y el futuro de nuestro pueblo sólo en tus manos.
Madre
del Rosario, llévanos de tu mano para contemplar con gozo los misterios de los
primeros años de Aquel que se Encarnó en tu seno para nuestra salvación.
Guíanos para saber contemplar la vida de tu Hijo en los misterios de Luz de su
vida aquí en la tierra. Regálanos también poder acompañarlo en los sufrimientos
de su pasión para poder resucitar con El en el triunfo de su Resurrección.
Somos
tus Patricios, somos tus hijos, somos tus devotos soldados, que pedimos por
nuestra Patria, por nuestro Ejército, por nuestras familias, y por nuestras
almas que ansían la salvación.
Madre
del Rosario de la Reconquista de Buenos Aires queremos ser contigo el honor de
nuestro pueblo, el honor de nuestra raza. Los Patricios de ayer, de hoy y de
siempre aquí estaremos para ser tus dóciles hijos para la gloria de tu Hijo
Jesús, el Cristo, Príncipe de la paz. Amén
Triduo en preparación a la Festividad de la Santísima Virgen del Rosario producido por el Pbro. Oscar Ángel Naef, Capellán Mayor del Ejército, en el Regimiento de Infantería 1 "Patricios"
PRIMER
DÍA
† En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN
¡Oh
santísima Virgen María!, Reina del Santísimo Rosario, que
recomiendas su rezo como el remedio más seguro y eficaz para todos
los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del
cuerpo. Infunde en nuestras almas una profunda estima de los
misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del
Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia
de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente, y así
merecer tu maternal protección y asistencia en todos los momentos de
la vida, pero especialmente en la hora de la muerte. Amén
CONSIDERACIÓN
DEL DÍA
"Dios
te salve".
Virgen
Santa, al escuchar estas palabras sabemos que sólo se dirigen a ti.
Son aquellas que el Ángel de Dios pronunció el día del anuncio de
la llegada de nuestro Salvador.
Esas
mismas palabras encierran, también, la grandeza de tu entrega a la
voluntad de Dios. Es tu amor de Madre que trajo a Jesús al mundo y
en este tiempo nos cobija a nosotros con el mismo amor y dedicación.
Hoy
te saludamos tus hijos de “Patricios” y pedimos tu protección.
No desoigas nuestras súplicas, antes bien, escúchalas y acéptalas.
Concédenos
el don de un corazón limpio para amar con rectitud los valores de
siempre: Dios, la Patria y la Familia. Concédenos el don de la
fortaleza para no desfallecer en el intento de ponerlos en práctica.
Concédenos el don de la humildad para poder aceptar correcciones en
este camino que otrora recorrieron otros “Patricios” de un modo
ejemplar y heroico.
Madre
del Santísimo Rosario: Ruega por nosotros.
ORACIÓN
FINAL
Dios
te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los
Siglos
de los siglos. Amén.
SEGUNDO
DÍA
† En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN
¡Oh
santísima Virgen María!, Reina del Santísimo Rosario, que
recomiendas su rezo como el remedio más seguro y eficaz para todos
los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del
cuerpo. Infunde en nuestras almas una profunda estima de los
misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del
Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia
de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente, y así
merecer tu maternal protección y asistencia en todos los momentos de
la vida, pero especialmente en la hora de la muerte. Amén
CONSIDERACIÓN
DEL DÍA
"Ruega
por nosotros pecadores"
Madre
de la misericordia nos dirigimos a Ti, apelamos a tu corazón
bondadoso y comprensivo para que no desoigas las súplicas que hoy te
dirigimos. Tú conoces las miserias de los hombres. Sabes muy bien
como en todos los tiempos hay traidores que entregan a tu hijo por 30
monedas. Sólo Tú corazón de madre, puede ver nuestra debilidad con
misericordia y sostenernos ante la caída. No permitas que se pierda
mi alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús.
Santa
Virgen del Rosario de la Reconquista de Buenos Aires, protege a los
que son tentados por el odio, la envidia, la pereza, la cobardía, la
lujuria o el materialismo. Auxilia a los pecadores, ayuda a los
pusilánimes, socorre a los necesitados, conforta a los atribulados,
y cúbrenos con tu manto protector hasta poder alcanzar algún día
el encuentro definitivo con tu Hijo Salvador de los hombres.
Madre
del Santísimo Rosario: Ruega por nosotros.
ORACIÓN
FINAL
Dios
te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los
Siglos
de los siglos. Amén.
TERCER
DÍA
† En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN
¡Oh
santísima Virgen María!, Reina del Santísimo Rosario, que
recomiendas su rezo como el remedio más seguro y eficaz para todos
los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del
cuerpo. Infunde en nuestras almas una profunda estima de los
misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del
Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia
de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente, y así
merecer tu maternal protección y asistencia en todos los momentos de
la vida, pero especialmente en la hora de la muerte. Amén
CONSIDERACIÓN
DEL DÍA
"Bendita
Tú… y Bendito es el fruto de tu vientre Jesús"
Bendita
Tú, Madre del Rosario, que eres el honor de la raza humana ya que
fuiste elegida para ser la madre de nuestro Salvador.
Bendito
el Que llevaste en tu vientre porque es el mismo Dios que creo todas
las cosas y el que hoy viene a salvarnos.
Madre
de Jesús y Madre nuestra, en este día cercano a tu fiesta, los
“Patricios” te rendimos nuestro homenaje, del mismo modo que lo
hicieron aquellos camaradas de 1806 y 1807. Nosotros también
queremos elevar nuestras peticiones:
Concédenos
Madre ser dignos soldados que esperando alcanzar algún día los
gozos de la Patria del Cielo nos empeñemos en cumplir con nuestro
deber en la Patria de la tierra. Concédenos paz y prosperidad;
justicia y libertad; valor y sensatez para hacer la voluntad de Dios
en el camino de la vida.
Concédenos
la dicha de sentir tu protección sobre nuestras vidas y nuestras
familias.
Madre
del Santísimo Rosario: Ruega por nosotros.
ORACIÓN
FINAL
Dios
te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los
Siglos
de los siglos. Amén.